Piotr Woźniak olvidaba cosas. No más que cualquiera, pero a él le resultaba insoportable. Ingeniero polaco, perfeccionista por naturaleza, dedicó años a estudiar la memoria humana con una obsesión digna de su espíritu meticuloso. Para él, olvidar suponía un fallo del sistema que debía resolverse a base de fórmulas y tablas. No era, en realidad,…
